Estrategia 1) gestionada únicamente por la temperatura del motor (la apertura o el cierre del motor paso paso es determinada sólo por la temperatura del motor).
Estrategia 2) gestionada por la temperatura del motor y el estado del motor. Esta estrategia entra en funcionamiento sólo durante la fase de arranque; el sistema determina una cantidad de pasos a sumar a los de la estrategia anterior, que sin embargo se reducen hasta llegar a cero, en función del número de revoluciones del motor, una vez que el sistema ha reconocido el motor en funcionamiento.
El sistema de control de la mezcla aire-combustible es mandado por la sonda lambda, que comienza a funcionar encima de los 300 °C: el material cerámico comienza a conducir iones de oxìgeno a una temperatura de aproximadamente 300 °C. Si la proporción de oxìgeno entre los dos extremos de la sonda empieza a diferir, se genera una tensión eléctrica entre los dos electrodos a causa de la composición del material. Esto permite medir la diferencia de oxìgeno entre los gases de escape y el ambiente exterior. Los gases combustos del motor aún contienen un residuo de oxìgeno cuando la mezcla aire-combustible enviada a la cámara de explosión es incorrecta. De esta manera es posible operar en la central electrónica que gestiona la inyección para hacer funcionar siempre el motor con la mezcla óptima.